El plástico es un elemento esencial en la vida del ser humano. A través de este material, desde el punto de vista doméstico, ha logrado sobrellevar todas las necesidades de su existencia pues con éste ha podido almacenar sus alimentos y disponer de sus basuras. Pero desde una perspectiva industrial y comercial, ha sido utilizado en casi todas sus creaciones en cuanto se encuentra en los automóviles, en la infraestructura, en equipos tecnológicos, etc. Infortunadamente, una vez que cumple su función, por razones de carencia cultural y de control, los residuos plásticos terminan en los sistemas hídricos del mundo, especialmente, en los océanos. Uno de los casos más representativos en la materia es la ‘sopa de basura’ del Pacífico.
Este fenómeno ha sido objeto de múltiples definiciones pues es conocido como la Isla de basura del Pacífico; la Isla de plástico, la gran mancha de basura del Pacífico, la sopa tóxica, etc. Sin embargo, sea pertinente advertir, no es propiamente una isla en tanto sus características no responden a tal definición pues no se erige sobre una superficie geográfica sólida. En esa medida, a modo propio de ver, es más objetiva la enunciación de ‘sopa’ dado que se encuentra flotando sobre el agua, sin asidero propio, emitiendo sustancias contaminantes de todo género. La ‘sopa tóxica’ se compone de al menos 80 mil toneladas de basura plástica aglomerada sobre la superficie central del Océano Pacífico.
Este cuerpo sólido representa paras las especies marinas grandes y preocupantes amenazas. Su gigantesca extensión compromete la integridad de un número amplio de animales al punto de llegar a afectarse su reproductividad, alterándose así el círculo natural de procreación. Sea oportuno señalar en este punto que la del Pacífico no es la única ‘sopa tóxica’. Se encuentra también la isla del Atlántico Norte, la del Pacífico Sur, la del Atlántico Sur, siendo éstas las documentadas hasta el momento. Sin embargo, existen más que, aunque no son tan grandes como las referenciadas, en conjunto, sí afectan considerablemente la fauna marina en diversas partes del sistema marino global (Socas, 2018). Además, los desechos plásticos, por su propia composición química, no pueden ser procesados eficazmente por la naturaleza.
El contacto con este cuerpo flotante hace que las especies terminen enredadas, asfixiadas y lesionadas al punto de morir atrapadas, por infección o por adhesión de cuerpos extraños que las cercenan durante su crecimiento. De hecho, las especies infantes son las más afectadas en cuanto, atraídas por los cuerpos flotantes como medios de recreación, terminan enredadas en mallas de pesca, cuerdas y plásticos con orificios. Según arroyo (2020), el estrangulamiento o enmallamiento son las formas más usuales de afectación, elementos que hacen parte de la gran masa de basura del Pacífico. Aduce textualmente el autor que
Los enredos o enmallamientos en desechos marinos, y en especial los provocados por aparejos de pesca abandonados, perdidos o descartados en el mar, son de los impactos más frecuentes (…). Los animales como las tortugas marinas, los mamíferos, las aves marinas y los crustáceos son altamente vulnerables a los enredos y corren el riesgo de ser estrangulados o incluso ahogados (…). Es evidente que una amplia variedad de basuras marinas causa enredos y enmallamientos, pero los aparejos de pesca abandonados, redes, líneas, cabos, sedales, anillas de refrescos y flejes de embalaje, son los principales culpables de estos sucesos (Arroyo, 2020).
Pero además de ello, el precitado autor señala la ingesta de plástico como otra de las causas más comunes de muerte de especies animales oceánicas. Aunque no es tan frecuente como la indicada en el párrafo anterior, sí es causante de un número importante de muertes. Esto, debido a la carencia de nutrientes en lo ingerido; el envenenamiento por los componentes químicos del plástico y la lesión de los sistemas digestivos de las especies al momento de realizar el metabolismo. Sea pertinente citar literalmente al autor en comento dado que, desde el punto de vista personal, es atinente con el temario aquí abordado.
(…) La ingesta de macroplásticos y microplásticos pueden ocasionar importantes daños físicos en dichos animales. Entre estos daños se incluyen el bloqueo del tracto digestivo, la inhibición de la secreción de enzimas gástricas, la falta de apetito, la disminución de los niveles de hormonas, los retrasos en la ovulación y la falta de reproducción (Arroyo, 2020).
Este fenómeno es relativamente reciente pues la industria del plástico y de la pesca tomó mayor auge después de la Segunda Guerra Mundial, es decir, durante el apogeo industrial y tecnológico mundial, propio del siglo XX. Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (2022), hoy la masa del plástico contaminante es dos veces mayor que la biomasa de todas las especies del planeta juntas. Esto pone de manifiesto la magnitud del problema que, sin lugar a dudas, exige atención inmediata sino se quiere llegar a un punto sin retorno. Según la señalada autoridad ambiental, entre el 2003 al 2016 “se produjo la misma cantidad de plástico que en todos los años previos combinados”. Y afirma además que para el año 2015 “el 60% de todo el plástico alguna vez producido ya se había convertido en desechos y una parte significativa ha terminado en los océanos”. Según Portero, (2018), el tamaño de la ‘isla’ es de 1,6 millones de km2, “superando el territorio de Francia, Alemania y España juntas”.
La indiferencia e inconciencia del hombre ha jugado un papel protagónico en todo lo que tiene que ver con la destrucción del medio ambiente global. Infortunadamente, la lucha de los Estados por combatir la contaminación ha sido inferior a la capacidad del ser humano para producir material contaminante y, de contera, dañar el planeta. La isla de basura del Pacífico así como las otras masas son la radiografía de una sociedad sin razonamiento, preocupada solamente por el consumo desenfrenado, dejando de lado lo más importante para su propia existencia: la naturaleza. Sin duda, el problema de la contaminación a gran escala tiene sus bases en el uso desmedido de elementos contaminantes, propios de la industria y el mercado mundial que, pese a las advertencias de algunos países, no cesan la producción de materiales tóxicos, no biodegradables, condenando la comunidad marina, y la humana misma, a la extinción.
La política ambiental del planeta necesita un cambio de paradigma. La industria, junto con las corporaciones financieras y comerciales, reguladas por los Estados, deben asumir la responsabilidad de lo que está pasando con los océanos. La vida humana no puede concurrir de manera indiferente, apática; sobre todo, cuando de los mares, en interacción con las selvas y bosques, depende la existencia humana. El problema de las islas de plásticos, especialmente la del Pacífico, es un atentado contra el sentido; contra el Ser. El hombre debe ser coherente con lo que piensa y hace. No puede propenderse por un futuro promisorio cuando a la vez se están destruyendo los ecosistemas estratégicos globales.
La política, la industria, el mercado y la norma ambiental, todo a escala global, deben versar sobre prácticas afines a la sostenibilidad del sistema ecológico. Es competencia de los Estados garantizar sus medios de producción apelando a la transformación de modelos extractivistas, a la responsabilidad social y ambiental; al mejoramiento de la técnica y al no acaparamiento perverso de los recursos oceánicos (TNI, s.f.). El hombre no puede seguir cayendo en las trampas del progreso donde la ciencia y el mercado terminan siendo el resultado opuesto de los intereses de la humanidad. La causa del problema es la práctica de una política industrial y consumista irresponsable. Su consecuencia, la amenaza extintiva de las especies del planeta.
Referencias
Arroyo, Y. (2020) Análisis y estudio de las islas de basura oceánicas. Facultad de Náutica de Barcelona. Departamento de Ciencia e Ingeniería Náutica. Universidad Politécnica de Cataluña. España. Recuperado de: file:///C:/Users/Familia/Desktop/Alexnader%20hermano/Sopa%20Toxica/146755_FNB%20-%20Plantilla%20TFG.pdf
Fondo Mundial para la Naturaleza, WWF. (2022) Impactos de la contaminación por plásticos en los océanos sobre las especies, la biodiversidad y los ecosistemas marinos. Berlin, Alemania. Recuperado de: https://wwflac.awsassets.panda.org/downloads/impactos_de_la_contaminacion_por_plasticos_en_los_oceanos___wwf.pdf
Portero, A. (2018). Un planeta llamado Plástico. Recuperado de: https://elordenmundial.com/contaminacion-plastico-planeta/
Transnational Institute, TNI. (s.f.) El acaparamiento mundial de océanos. Programa Justicia Agraria. Masifundise Development Trust y Afrika Kontakt. En colaboración con Foro Mundial de Pueblos Pescadores (WFFP). Recuperado de: https://www.tni.org/files/download/the_global_ocean_grab-es.pdf
Socas, M. (2018) Contaminación por residuos: islas de plástico. Escuela Politécnica Superior de Ingeniería. Sección de Náutica, Máquinas y Radioelectrónica Naval. Universidad de la Laguna. Tenerife, España. Recuperado de: https://riull.ull.es/xmlui/bitstream/handle/915/13438/CONTAMINACION%20POR%20RESIDUOSISLAS%20DE%20PLASTICO.pdf?sequence=1
Alexander Osorio Arias es Ingeniero Industrial, especialista en Seguridad y Salud en el Trabajo y en Gerencia de Proyectos en Ingeniería. Actualmente se encuentra adelantando la Maestría en Gestión Ambiental. Oriundo de la ciudad de Neiva, Departamento del Huila, Colombia, ha contribuido a la creación de espacios seguros en empresas que realizan construcciones de obras civiles. Ha ejecutado Sistemas de Gestión bajo la normatividad internacional ISO 45001. Asimismo, ha realizado capacitaciones de toda índole, logrando así la mitigación del riesgo en espacios de construcción como puentes viales, edificaciones verticales, refinerías, termoeléctricas, infraestructura vial, entre otras. Hoy por hoy escribe artículos para distintas revistas, abordando temas relacionados con la problemática ambiental nacional e internacional.